El petróleo cedió parte de sus ganancias de dos días mientras los operadores mantienen la cautela ante la reapertura económica de China.
Los precios del petróleo bajaron el miércoles por la preocupación de que el aumento de los casos de COVID-19 en China pueda ralentizar su recuperación económica a medida que retira las restricciones impuestas por la pandemia.
El petróleo subió el martes a su nivel más alto en tres semanas, ya que los operadores esperan un impulso de la demanda de combustible. China declaró que suspendería la cuarentena para los viajeros entrantes el 8 de enero. Sin embargo, los hospitales chinos han estado bajo presión debido a un aumento de los casos del virus.
USOIL – Gráfico diario
El petróleo cotizó a 80 $ el martes, pero cayó a 78,63 $. La resistencia está ahora preparada para nuevas subidas a corto plazo.
Los inventarios de crudo estadounidenses cayeron en 3,1 millones de barriles en la semana que finalizó el 14 de diciembre. Esta cifra difiere en gran medida del aumento de 7,8 millones de barriles registrado por el API la semana anterior. Los economistas esperaban una reducción de 167.000 barriles. La reducción más significativa de las reservas de petróleo se produjo cuando los operadores empezaron a preocuparse por la demanda. Además, las grandes tormentas de Navidad van a perturbar la demanda de energía, con el cierre de la producción en algunas zonas.
Los datos del API también mostraron que las existencias de gasolina aumentaron en 4,5 millones de barriles la semana pasada, y las de destilados en 830.000. Se estima que las existencias estadounidenses de crudo cayeron 1,6 millones de barriles la semana pasada, junto con los inventarios de destilados, según mostró el martes un sondeo preliminar de Reuters.
Sin embargo, los operadores señalaron que los volúmenes negociados esta semana son más ligeros de lo habitual a medida que se acerca el final del año, lo que se suma a la volatilidad de los precios del petróleo. El próximo año seguirá añadiendo incertidumbre con la reapertura de China, la menor producción rusa y nuevos recortes de la OPEP+. Rusia anunció que prohibirá la venta de petróleo a partir del 1 de febrero a los países que acaten el tope de precios impuesto por el G7 el 5 de diciembre.