Los precios del petróleo se desplomaron el martes después de que la represalia de Irán contra bases aéreas de EE. UU. fuera percibida como moderada.

El precio del crudo Brent se desplomó hasta los 70.45 dólares, borrando las ganancias acumuladas en lo que va del año, las cuales ahora podrían actuar como un nivel de resistencia.
Los precios del petróleo a nivel global cayeron bruscamente después de que la respuesta militar de Irán a los ataques de EE. UU. no causara víctimas ni daños importantes. Los inversores lo interpretan como una señal de debilidad en la capacidad del país para escalar el conflicto en Medio Oriente.
Irán lanzó un ataque contra la base aérea estadounidense Al-Udeid, ubicada cerca de Catar. Esta base es utilizada por EE. UU. como centro de operaciones aéreas en la región y alberga a 8,000 soldados estadounidenses y algunas fuerzas del Reino Unido.
Irán lanzó catorce misiles contra la base, pero según informes, todos fueron interceptados por Estados Unidos.
Irán también ha amenazado con bloquear el Estrecho de Ormuz, una vía clave para el transporte de crudo, aunque hasta ahora no se han tomado medidas concretas al respecto. Actualmente, los mercados petroleros están retrocediendo del pánico comprador registrado la semana pasada.
Antes de la ola de ventas del lunes, los futuros del Brent y del WTI habían registrado subidas mensuales superiores al 20%, superando los fundamentos de oferta y demanda. Si la situación con Irán se enfría, el mercado espera que esos fundamentos vuelvan a tomar protagonismo.
A principios de junio, la OPEP+ decidió aumentar su producción colectiva para julio en otros 411,000 barriles por día, siendo este el tercer incremento consecutivo anunciado por el grupo con esa misma magnitud.
Esto se produce en un momento en que la producción fuera de la OPEP sigue elevada, con Estados Unidos bombeando más de 13 millones de barriles diarios. Brasil, Canadá, Guyana y Noruega también están produciendo más petróleo que el año pasado.
Una producción en estos niveles podría generar un excedente en el mercado petrolero, dado que las proyecciones de crecimiento de la demanda global para este año son inferiores a 1 millón de barriles diarios, según la Agencia Internacional de Energía.