Los últimos datos muestran que la inflación del índice de precios al consumo de Japón descendió desde los máximos de 40 años alcanzados en febrero. Varios factores contribuyeron al descenso de la inflación, entre ellos las subvenciones del gobierno a las facturas de servicios públicos, un yen más fuerte y unos precios más bajos de las materias primas que aliviaron las presiones sobre los precios.
La inflación del IPC subyacente, que excluye los volátiles precios de los alimentos frescos, aumentó un 3,1% en el año hasta febrero, tal y como se había previsto, lo que supone un drástico descenso respecto a la estimación del 4,2% de enero. Este resultado fue el más bajo desde septiembre de 2022, aunque se situó muy por encima del objetivo anual del 2% del Banco de Japón. En cambio, la inflación medida por el IPC, que incluye los alimentos frescos, aumentó un 3,3% durante los 12 meses anteriores hasta febrero, por debajo del 4,3% de enero. En consecuencia, la tasa de inflación del IPC disminuyó un 0,6% de un mes a otro en febrero.
Esta estimación coincide con datos anteriores que muestran que la inflación en Tokio, un indicador adelantado para el resto de la nación, disminuyó tras alcanzar en febrero un máximo de más de 40 años.
Temblores en el sector energético
Dado que Japón aportó otros 2 billones de yenes en subvenciones para atenuar los efectos de la alta inflación en la economía, el principal factor de la menor tasa de inflación fue un descenso de casi el 19% en los precios de la energía con respecto al mes anterior. Además, debido a la drástica caída de los precios mundiales de las materias primas, las empresas de servicios públicos japonesas redujeron los gastos de importación, lo que se tradujo en un descenso del 6,5% en el precio del gas y del 11% en el de los carburantes.
Cabe destacar que el precio del petróleo se desplomó la semana pasada a mínimos de 15 meses en medio del temor a que una crisis bancaria mundial frene el desarrollo económico y perjudique la demanda de petróleo. En cambio, los precios del gas natural cayeron a mínimos casi históricos a principios de año.
Además, un yen más fuerte y una menor presión del dólar contribuyeron a la caída de los precios de las importaciones japonesas. El dólar frente al yen japonés cotizó el viernes al nivel de 130.
Predicción del precio del USDJPY
La lectura más reciente de la inflación respalda la decisión del Banco de Japón de mantener su política monetaria extremadamente expansiva a la luz de una reciente transición de liderazgo. Aunque el Banco de Japón se había visto sometido a crecientes presiones para endurecer su política monetaria a medida que la inflación se disparaba en enero hasta alcanzar un máximo de casi 42 años, mantuvo su política ultra acomodaticia en su reunión de febrero, afirmando que era probable que las presiones inflacionistas disminuyeran a corto plazo debido a las subvenciones gubernamentales.
El BOJ sólo ve presiones sobre los precios que se acerquen a su rango objetivo del 2% a mediados de 2025, y espera que la inflación vuelva a aumentar a finales de 2023 o principios de 2024. El aumento de la inflación ha perjudicado recientemente a la economía japonesa, lo que ha provocado que el PIB apenas creciera en el cuarto trimestre de 2022. Por lo tanto, el mercado da por hecho que el Banco de Japón mantendrá esa política monetaria ultraexpansiva. Aún así, el dólar está débil, lo que podría ser alcista para el yen japonés a corto plazo. Supongamos que el USD/JPY rompa el soporte del nivel 130 y alcance un nivel inferior.
USDJPY – Gráfico de 4 horas